domingo, 30 de abril de 2017

Hª DE LA COMPUTACIÓN (4): Desde el ábaco hasta el procesamiento en paralelo

HISTORIA DE LA COMUTACIÓN (4)
Historia de la computadora, desde el ábaco  hasta el procesamiento en paralelo (4)



A) El uso de tarjetas perforadas por Hollerith   
Un paso hacia el cómputo automatizado fue la  introducción de tarjetas perforadas que se usaron para computar, por primera  vez con éxito, en 1890 por Herman Hollerith y James Powers, trabajando para  el Departamento del Censo de los E.U. Juntos desarrollaron dispositivos que  podían leer la información que se había perforado en las tarjetas automáticamente, sin la intermediación humana. Se redujeron los errores de lectura y el flujo del trabajo aumentó, y se pudieron usar pilas de tarjetas perforadas como una  forma de almacenamiento de memoria accesible de capacidad casi ilimitada;  además, diferentes problemas podían guardarse en diferentes lotes de tarjetas  para trabajarse más adelante cuando fuera necesario.   
Estas ventajas fueron reconocidas por las  corporaciones con intereses comerciales y pronto llevaron al desarrollo de  sistemas mejorados de máquinas de negocios de tarjetas perforadas como los de  Máquinas Comerciales Internacionales (International Business Machines - IBM),  Remington-Rand, Burroughs, y otras corporaciones. 
Estos sistemas usaban  dispositivos electromecánicos en los que el poder eléctrico proporcionaba el movimiento mecánico--como el girar de las ruedas de una máquina sumadora.  Tales sistemas pronto incluyeron rasgos para alimentar automáticamente un  número específico de tarjetas desde una estación de lectura; para realizar operaciones  como sumar, multiplicar, y ordenar; y producir tarjetas perforadas con los  resultados. Según las normas modernas, las máquinas de tarjetas perforadas eran lentas, procesando normalmente de 50 a 250 tarjetas por minuto, con tarjetas conteniendo unos 80 números decimales. Sin embargo, para su tiempo,  las tarjetas perforadas estaban muy adelantadas y constituyeron un enorme  paso.   

B) Computadoras Digitales Automáticas  

A finales de  1930, las técnicas de máquinas  de tarjetas perforadas se habían establecido bien y eran fiables, y algunos  grupos de investigadores se esforzaron por construir computadoras digitales  automáticas. Una máquina prometedora, construida de partes electromecánicas  normales, fue construida por un equipo de la IBM liderado por Howard Hathaway  Aiken. La máquina de Aiken, llamada la Harvard Mark I, manejaba números de 23  lugares decimales (palabras) y podía realizar todas las cuatro operaciones de  la aritmética. Es más, tenía programas especiales en su arquitectura, o subprogramas, para manejar logaritmos y funciones trigonométricas. El Mark I se controlaba  originalmente por medio de una cinta de papel perforado sin la provisión para  la inversión (devolverse), de forma tal que instrucciones de  "transferencia de mando" automático no podían programarse. La  información de salida se registraba en tarjetas perforadas y máquinas de escribir eléctricas. Aunque el Mark I de la IBM usaba ruedas de contar como  componentes importantes además de paradas electromagnéticas, la máquina fue  clasificada como una computadora de parada. Era lenta, requiriendo de 3 a 5  segundos para una multiplicación, pero era totalmente automática y podía  completar cómputos largos. Mark I fue la primera de una serie de computadoras  diseñadas y construidas bajo la dirección de Aiken

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