martes, 6 de junio de 2017

EL PARADIGMA INTERPRETATIVO

El paradigma interpretativo. 

El paradigma interpretativo acoge bajo esta denominación un conjunto de propuestas, que, a efectos prácticos, pretenden una visión distinta de la ciencia. 

En contra de la ciencia social positiva se encuentran las ciencias hermenéuticas, que se reconocen bajo los dictámenes de paradigma interpretativo cuyas raíces se encuentran en el fenomenologismo de Husserl (1961), la etnometodología de Garfinkel (1967), la hermenéutica de Gadamer (1984), el interaccionismo simbólico de Blumer (1982); la etnografía de Mead y Malinowski y la antropología cognitiva de Goodenough (1971). Estas corrientes potencian el estudio y la comprensión de las acciones humanas y de la vida social. 

La tarea principal de las ciencias interpretativas o hermenéuticas no consiste en construir teorías científicas que puedan comprobarse experimentalmente, sino construir informes interpretativos que capten la inteligibilidad y coherencia de la acción social revelando el significado que tienen para aquellos que las ejecutan. No pretenden encontrar generalizaciones, ya que éstas, lo ha demostrado el positivismo, en el mundo social no son posibles, como mucho “son generalizaciones de naturaleza probabilística. Las generalizaciones se refieren a tendencias generales.” (Dockrell y Hamilton, ).

Los supuestos sobre los que se identifica este paradigma: 
  • La ciencia social es el resultado del conocimiento aportado y aceptado por el hombre obtenido mediante procesos de reflexión, sistematización y rigor que le permiten interpretar y comprender el mundo en el que vive teniendo en cuenta el contexto y las circunstancias que rodean al individuo y a sus realizaciones sociales 
  • La finalidad de la ciencia no ha de ser buscar la única verdad ni encontrar reglas, normas o leyes generales que describan y expliquen el mundo y el comportamiento del mismo mediante relaciones causales sino que lo que debe pretender es interpretar y comprender ese mundo desde la perspectiva del individuo y contando con su presencia activa.
  • El centro de los objetos de estudio no es ajeno al individuo. Tanto el actor de los sucesos a estudiar o investigar como el investigador forman un todo interaccionado.
  • A diferencia del mundo físico, acabado e inalterable en el momento de la investigación, la naturaleza humana es abierta e inacabada, no está ya hecha y por tanto necesitada de explicación sobre lo que es o como opera, sino que lo que ocurre es que se está haciendo en el tiempo y en unas circunstancias a partir de las acciones internas del hombre que interviene sobre lo que se está construyendo, lo cual lo identifica como un actor, como un agente activo, no pasivo.
  • Una de las claves del paradigma interpretativo y del constructivismo radica en la subjetividad como forma de acceso al conocimiento; esto no quiere decir que la objetividad no cuente o no exista, al contrario; el investigador interpretativo la persigue; porque, desde esta perspectiva, construir el conocimiento social e interpretarlo supone penetrar en el mundo personal de los sujetos, en interpretar y comprender cómo éstos interpretan las situaciones y qué significan para él (subjetividad). Lo que busca el investigador es la objetividad de los significados utilizando como criterio de evidencia el acuerdo intersubjetivo entre los implicados en determinados hechos sociales. No es una objetividad de entrada, en la recogida de la información, sino una objetividad de salida. 
  • Es la inducción es método de acceso al conocimiento partiendo del análisis de las intenciones, motivos, razones o creencias que impulsan a los individuos obrar en cuanto que agentes de sus acciones. 

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