domingo, 11 de junio de 2017

EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

Los interrogantes como detonantes: EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN

El inicio de una correcta investigación parece estar más centrado en formular una buena pregunta que en el método con el que investigar. Es decir, aclaremos, planteemos un buen interrogante y, después reflexionemos sobre cómo encontrar la solución. 

Howe y Eisenhart (1993) llegan a la conclusión de que “las preguntas planteadas en la investigación deben conducir a las técnicas de recogida de datos y a los análisis, y no al contrario”.

Casanova y Berliner (1997) comentan que la investigación educativa en EE.UU en otros momentos anteriores era mucho más dependiente de otras ciencias y de sus planteamientos, por el contrario, ahora, consideran que está más fuerte, “porque los investigadores han aprendido a comenzar no con un método, sino con una pregunta. Y la pregunta puede ser respondida utilizando múltiples perspectivas, cada una proporcionando diferentes tipos de comprensión. Ahora es bien reconocido que la cuestión define el método, no al revés”.

Como diría el saber popular o el personaje de “Alicia en el país de las maravillas”, la cuestión no es andar por el camino trazado, sino formularse la pregunta ¿adónde quiero llegar? y si ese u otro camino me llevarán hasta allá.

Una investigación es, por definición, algo que se busca, es un devenir hacia el acceso o la superación del conocimiento, con lo que conlleva de incertidumbres, dudas y recomposiciones; lo cual significa que el itinerario, el camino –el método- la vía de acceso al conocimiento no debe ser único y totalmente prefijado.

La primera expresión de un problema de investigación es un interrogante sobre algo que se quiere averiguar. Lo habitual es dar después a esos interrogantes forma de objetivos logrables si de hacen debidamente las ‘diligencias’ empíricas que haga falta. Lo de explicar o no hipótesis sobre todos o cada uno de los interrogantes u objetivos ya es algo más discutido. Hay razones para hacer y para no hacer hipótesis” (Dendaluce, 1995) 


En esta misma línea Quivy y Campenhoud (2000) comentan que la primera etapa de una investigación es precisamente conseguir formularse buenas preguntas de investigación ”por medio de las cuales el investigador trata de comprobar los procesos sociales, económicos, políticos o culturales que permiten comprender mejor los fenómenos y los hechos observables, así como interpretarlos de manera más adecuada. Dichas preguntas demandas respuestas en términos de opciones, de estrategias, de modos de funcionamiento, de relaciones y de conflictos sociales, de relaciones de poder, de invención, de difusión o de integración cultural, por no citar más que algunos ejemplos clásicos...”

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